
Miercoles 25, restan dos días de la aventura complutense y el cansancio se va cargando a las espaldas de todos.
Hoy, al menos es un día especial. Los humanistas van al laboratorio y ven montones de materiales, algunos descubiertos por ellos mismos, ya limpios de siglos de arena y clasificados. Estan hasta las once excavando y, tras el almuerzo, entran en el laboratorio. De nuevo, su emperador particular sigue levántandose con el pie izquierdo.
Al fin, en el autobus se vuelven a oir los lamentos del día anterior. Eso sí, se queda para comer el viernes.
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